Comenzó a navegar en abril de 1939, en Nueva York, en el astillero Henry B. Nevins. Su propietario, Harold S. Vanderbilt, quería que el barco pudiese competir en las regatas de 12 metros organizadas en Gran Bretaña. El arquitecto Olin Stephens realizó un diseño muy avanzado para la época y llegó a decir que era el mejor yate que nunca se había hecho. Sin exceder los límites de peso permitidos, el mástil de aluminio del Vim era más fuerte y más rígido que el de otros barcos similares. Sus características técnicas avanzadas se completaron con un dispositivo especial en el timón, lo que permitió el control de la embarcación desde la cabina.
Con su éxito en el Reino Unido, rompió todos los récords. Ganó 19 de las 28 carreras en las que ha participado durante este período, convirtiéndose en una leyenda.
De 1951 a 1964, el Vim continuó triunfando en las competiciones de la Copa América, e incluso apareció en la portada de la prestigiosa revista Life. Sin embargo, el arquitecto se vio obligado a modificar algunos aspectos de la embarcación con el fin de adaptarse a la normativa. Su tasa de éxito disminuyó 1965-1980, ya que se quedó en las costas de Australia y fue utilizado principalmente como un modelo para la construcción de nuevos buques.
En 1990 regresó a Europa, para regresar a las regatas del Mediterráneo, pero sin obtener los buenos resultados que solía tener en su pasado. En 1999 fue sometido a una mejora significativa, con los cambios en el motor y la cubierta. A partir de este año 2014, pertenece a Patrick Howaldt, que lo ha llevado de regreso a su país de origen, los Estados Unidos.