- Más de 600 armadores y marinos de 10 países de Europa y América han competido por dos de los trofeos de vela clásica más relevantes del año
- El Campeonato Mundial Puig 12mR World Championship reunió en la capital catalana a los míticos veleros de la edad dorada de la Copa América (30’- 80’) y la VII Puig Vela Clàssica Barcelona acogió a la élite mundial de barcos clásicos y de época
- Samurai, Moonbeam IV, Marigold y Peter han sido los vencedores de la séptima Puig Vela Clàssica y el italiano Nyala se ha alzado con el título mundial de 12 metros
- El alcalde Trías agradeció al Real Club Náutico de Barcelona y a Puig que sigan trayendo este espectáculo a la ciudad de Barcelona, capital de la iniciativa cultural y del deporte
Un año más, y esta vez por partida doble, el campeonato Puig 12mR World Championship y la séptima edición de la VII Puig Vela Clàssica convirtieron Barcelona en la capital mundial de la vela clásica. Tras seis exitosas ediciones, la séptima regata de barcos clásicos y de época se ha afianzado tanto a nivel nacional como internacional, acogiendo a embarcaciones de países como Argentina, Francia, Reino Unido, Italia y España. Todos estos veleros míticos tienen una característica en común: a pesar de su antigüedad, de las distintas manos por las que han pasado y de las múltiples reconstrucciones a las que se han visto sometidos, en sus cubiertas aún se puede respirar el aroma de su espíritu original. Se trata de auténticas joyas de museo de la navegación dotadas de patrimonio y cultura náutica que siguen navegando y que raramente podremos ver en grandes ciudades como Barcelona.
Asimismo y por primera vez en la capital catalana se ha disputado un campeonato mundial de la clase 12 metros. Estos barcos reconocidos internacionalmente y con más de 100 años de historia, fueron los grandes protagonistas de una de las épocas de mayor esplendor de la Copa América, que transcurrió entre finales de los años 30 y 80. Veleros procedentes de Nueva York, Reino Unido, Dinamarca, Italia, Francia o Alemania se sumaron a la celebración del 100º aniversario de Puig y se dieron cita en el Real Club Náutico de Barcelona durante toda una semana.
Ambas competiciones se desarrollaron en un ambiente inmejorable, donde regatistas de nueve nacionalidades diferentes disfrutaron tanto de las magníficas condiciones de las aguas barcelonesas, como del compañerismo y la diversión del Village del Real Club Náutico de Barcelona.
Todos clásicos…pero dos competiciones radicalmente distintas
Barcelona y la Puig Vela Classica han estado acostumbradas a una competición de vela orientada a sacar el mayor provecho de los veleros clásicos y sus condiciones de navegabilidad, sin embargo en este 2014 la irrupción del Campeonato Mundial de 12m, los legendarios competidores de la Copa América y otras regatas internacionales de los años 30 a los 80, exige un cambio radical en su estructura de regata.
Por una parte, las regatas del Mundial de 12 metros se celebran en tiempo real, “el primero en pasar la línea de llegada es el ganador”, en tanto que en los clásicos se demandan unas compensaciones de tiempos entre unos y otros barcos que permitan que embarcaciones muy dispares en esloras y aparejos tan distintos compitan en condiciones de igualdad. Si los clásicos para exprimir todo su potencial requieren de pruebas en formato triángulo o cuadrilátero que proporcionan unos espectaculares recorridos costeros, los velocísimos 12 metros –construidos para regatas “al viento”, demandan un modelo barlovento – sotavento en el que puedan sacar el máximo provecho de su capacidad de ceñida y empopada. Estas son regatas muy técnicas y exigentes con continuos bordos en los que la navegación en ángulos de hasta 40º se asemejan a las que realizan veleros de competición actuales de alto nivel profesional y, por tanto, la organización se plantea su campo de regatas equivalente al de una prueba de cruceros ORC.
Estos barcos, los 12m, construidos para los desafíos y defensa de la Copa América y, por tanto, para regatas 1 a 1 o match race, se pueden permitir este nivel de exigencia porque están específicamente diseñados para ello y es la manera rigurosa de obtener los mejores resultados de su afinado diseño. De hecho las expectativas eran muy altas al coincidir en este campeonato mundial dos embarcaciones casi “gemelas” – Vim (1939) y Nyala (1938)- que comparten diseñador (Stephens), astillero y estilo -que fueron modelo para posteriores defensores de la Copa América-, y que ansiaban tener la oportunidad de medirse la una frente a la otra, reto que ha ganado el italiano Nyala.
Feliz Centenario
Nueva cita del Real Club Náutico Barcelona para la vela que luce barnices y destella bronces, en la que este año ha contado con 48 embarcaciones en el campo de regatas. Una convocatoria especial, pues a la tradicional regata de barcos Clásicos, Big Boats y de Época se unía la clase 12 Metros.
La VII Puig Vela Clàssica Barcelona ha sido tan especial como merecía el Centenario de su patrocinador. Marcando un hito sin precedentes, ha competido en España la flota de la Clase 12 Metros, disputando su Campeonato del Mundo dentro del marco de la gran cita mediterránea, que supone la Puig Vela Clàssica Barcelona.
La presencia de los 12 Metros para disputar su cetro mundial requería una especial atención, disponiendo de un campo de regatas propio, zona de atraque en el popular Moll de la Fusta y un calendario de competición más amplio que los tres días de regatas programados para los Época, Clásicos y Big Boats.
A lo largo de la semana, las condiciones fueron variadas, pero eminentemente técnicas. Esta vez no fue una Puig Vela Clàssica con el Garbí asumiendo el protagonismo estelar, como en alguna de las ediciones anteriores, pero por contra Eolo ofreció vientos que pusieron a prueba a los tácticos. Salvo el Levante del primer día, el resto de las jornadas fueron de componente Sur exceptuando la última, en la que el viento se debatía entre el Este (Levante) y el Sureste (Xaloc) luchando contra la brisa térmica, que término en una agónica encalmada. Aunque buena parte de la flota tuvo paciencia para completar el recorrido, otros no lo hicieron. Como anécdotas quedarán la jornada del viernes por quedar en blanco a causa de la falta de viento, y la del jueves: un Garbí de 18-20 nudos, sol radiante y mar casi llana, un día de esos que crean afición.
El mundial para el Nyala
La flota que disputaba el mundial era de siete barcos, pertenecientes a la categoría Vintage que establece la Clase y que agrupa a los 12 metros según su año de construcción, a fin de no mezclar las distintas generaciones creadas con los cambios de la fórmula de rating en la que se basa.
El Campeonato del Mundo programaba hasta nueve pruebas de lunes a sábado, quedando el jueves como día de descanso. Un programa holgado y completo que arrancó con buen pie, al acumular ya 6 mangas en las tres primeras jornadas. El viernes la falta de viento impidió competir en el campo de regatas barcelonés, y el sábado se completo la serie con dos pruebas más.
El descarte del peor resultado de la serie, permitió al italiano Nyala alzarse vencedor sin tener que completar la última manga. El barco armado por Patrizio Bertelli y tripulado por su equipo Prada de America’s Cup se impuso con rotundidad. Su casillero parcial incluía cinco triunfos parciales y sendos segundos puestos. Completadas las cuatro primeras pruebas y las dos primeras jornadas, el Nyala patroneado por Francesco Bruni dejaba muy claras sus intenciones. Con un par de primeros y segundos puestos, frente a un par de primeros, un tercero y un cuarto del alemán Trivia, encadenaría tres primeros seguidos que suponían 9 puntos y no disputar la última prueba, por lo que ya era matemáticamente Campeón del Mundo.
Más lucha hubo para adjudicarse las dos plazas de podio restante. Tras seis pruebas y ya aplicando un descarte, el Trivia de Wilfred Beck con 13 puntos, el danés Vanity V de Patrick Howaldt con 14 y el británico Wings de Guy Ribadeau-Dumas con 15, partían al campo de regatas sabiendo que todavía quedaba mucho pescado por vender. El sprint final ratificó dicho orden, a la vez que confirmaba al estadounidense Vim de Herb Marshall en la quinta plaza, al portugués Seven of Porto en la sexta y al italiano Emilia en la séptima.
La majestuosidad de los Big Boats
Seis majestuosos Big Boats se disputaron la victoria en la categoría reservada a estos imponentes barcos legendarios. Destacaba la participación por vez primera en la Puig Vela Clàssica Barcelona del Rosalind, un viejo conocido del Real Club Náutico de Barcelona ahora propiedad del armador francés Olivier Claudeville.
El Moonbeam III de Laurence Waechter no pudo agrandar más su leyenda en el palmarés de la Puig, ostentando el récord en todas las categorías con cuatro victorias. Tras firmar un segundo en la primera jornada, la imposibilidad de completar la segunda y última prueba le dejó sin opciones para ampliar su palmarés, pero al menos pudo conquistar la tercera plaza del podio final.
Los máximos honores correspondieron al Moonbeam IV del Yacht Club de Mónaco, que con un primer y un segundo puesto parcial doblegaba al británico Mariquita, que acumulaba un tercero y un primero en su casillero. El maltés Eleonora, el británico Mariette of 1915 y el Rosalind completaban por este orden la clasificación final de la categoría reservada a los Big Boats.
Triunfos rotundos en barcos de Época
Las dos categorías de barcos de Época tuvieron sendos vencedores contundentes. El británico Marigold de Richard Glen Allan en los aparejos Cangreja y el Peter de Claudio Mealli en los aparejos Marconi no dieron opciones. Ambos ganaros las dos pruebas disputadas, despejando cualquier duda sobre sus méritos.
La victoria del Peter le permite inscribir su nombre por tercera vez en el palmarés de vencedores, tras sus victorias en 2011 y 2013. Si clara fue su victoria, hubo mucha intensidad para decidir el orden de las dos plazas de podio restante. Tanta, que el francés Manitou de Philip Jordan y el balear Sonata de Jordi Cabau, empataban a cinco puntos tras intercambiar idénticos parciales (2º y 3º). El desempate se deshizo a favor del Manitou, fruto de su mejor parcial (2º) en la última prueba.
El desenlace de los Época Cangreja fue más claro. El británico Kelpie of Falmouth fue segundo en ambas pruebas, al igual que hiciera el barcelonés Malabar X copando la terceras plazas. Tras ellos el santanderino Gipsy de Ricardo Rubio doblegaba al centenario Marigan de Tim Liesenhoff con base en palma de Mallorca.
Los Clásicos tampoco defraudaron
Con 20 embarcaciones en liza, la categoría Clásicos volvió a ser la más numerosa de la regata Puig vela Clàssica Barcelona. Entre ellos un nutrido grupo de aspirantes al triunfo, que incluía a los seis vencedores de las anteriores ediciones: el Yanira de Andrés de León por partida triple (2010, 2011 y 2013), el Alba de Damián Ribas por dos veces (2008 y 2012) y el Argos de Barbara Trilling en 2009, pero subiendo al podio en tres ocasiones más.
La igualdad y la emoción de esta flota viene siendo una constante, y este año fue la ocasión para que el italiano Samurai de Cesare Sangermani inscribiera su nombre en el libro de honor. Los que ni siquiera cabían entre los idénticos cuatro puntos que también sumaba el Emeraude de Vittorio Cavazzana, y que les valía el empate tras las dos mangas completadas. El Sonata hacía suyo el primer puesto de la jornada inaugural, frente a los dos segundos del Emeraude, para ganar la preciada categoría.
El Argos completaba el podio delante del local Galvana, finalizando los hermanos Borja y Alex Pella con buen sabor de boca al ganar la última manga. Quinto el Yanira, que empataba a puntos con el también local Diana de Marcos Palomar. No debe caer en el olvido la actuación del Silva Racing, el benjamín de la regata (se trata de un Folkboat para tres tripulantes) de tan sólo 7,68 metros de eslora, para quien las distancias de los recorridos y la duración de las regatas resultan mucho más exigentes. La tripulación liderada por el portugués se clasificó decimotercero al no poder concluir la última prueba, pero dejando su impronta con el octavo puesto de la primera regata navegada con viento de 20 nudos y una marejadilla, que para su Folkboat ya resultaba considerable.
Satisfacción general en la entrega de premios
Durante el acto de clausura, tanto armadores y tripulaciones como organizadores e invitados a las regatas mostraron su entusiasmo con el éxito alcanzado por la VII Puig Vela Clàssica Barcelona y el Campeonato Mundial de 12 metros.
De izquierda a derecha: Àngels Esteller, Concejala en la Comisión de Deportes del Ayto. de Barcelona; Xavier Torres, Presidente de la Federación Catalana de Vela; Gerard Figueras, Director del Consejo Catalán del Deporte; Jordi Puig, Vicepresidente del RNCB; Enrique Corominas, Presidente del RCNB, Xavier Trías, Alcalde de Barcelona; Maite Fandos, Teniente de Alcalde de Calidad de Vida, Igualdad y Deportes; Damián Ribas, Comodoro del RCNB y Marc Puig, Presidente de Puig.
Los vencedores por categorías de la VII Puig Vela Clàssica fueron el Samurai (Clásicos), el Moonbeam IV (Big Boats), el Marigold (Época Cangreja) y el Peter (Marconi). Estas embarcaciones recogieron su galardón de manos de Marc Puig, Presidente de Puig; Xavier Trías, Alcalde de Barcelona, Maite Fandos, Teniente de Alcalde de Calidad de Vida, Igualdad y Deportes del Ayuntamiento de Barcelona; Gerard Figueras, director del Consejo Catalán del Deporte, Xavier Torres, Presidente de la Federación Catalana de Vela; Enrique Corominas y Jordi Puig, Presidente y Vicepresidente del RCNB, respectivamente. Asimismo y por el Mundial de 12 metros, se unió a la entrega de los galardones Luigi Lang, Vicepresidente de la Flota del Sur de Europa de la ITMA (International Twelve Metre Asociation). En esta categoría resultó ganador el italiano Nyala de Patrizio Berteli.
Marc Puig, presidente de Puig, agradeció “la colaboración del Real Club Náutico de Barcelona, así como del alcalde de Barcelona, Xavier Trías y de los regatistas por mantener esta competición como la mejor regata clásica del Mediterráneo”. Asimismo, el Alcalde de Barcelona, Xavier Trías quiso agradecer “al Real Club Náutico de Barcelona y a Puig, por seguir trayendo este espectáculo a la ciudad de Barcelona, capital de la iniciativa cultural y del deporte”.
La historia de los campeones
ÉPOCA CANGREJA
Marigold es un cutter de época cangreja magníficamente restaurado y mantenido. Fue una de los primeros diseños de Charles Nicholson botado en 1892 en el astillero de Camper y Nicholson en Gosport. El velero cuenta con unos acabados de auténtico estilo victoriano como su salón panelado de caoba y su mesa central con asientos de piel.
Construido en primera instancia como un velero de regatas, el Marigold también puede acomodar unos 12 invitados a bordo y tres miembros de tripulación. Esta embarcación atrae la atención allí donde va y ha sido premiado en el “Concours D’Elegance” el galardón más preciado de la elegancia.
ÉPOCA MARCONI
Diseñado por Jary Lindblom y construido por Abo Batvarf, Peter es uno de los cutter de aparejo Marconi más rápidos y ligeros de su categoría en Finlandia. Esta embarcación obtuvo un palmarés estelar en las carreras del CIM, ganando el Campeonato del Mediterráneo Occidental y el Trofeo Panerai en 2009. Además de ser un excelente barco de carreras, fue construido con el espacio suficiente para albergar de cuatro a seis personas. Tiene velas y mástiles de madera fina de reciente construcción que siguen los planos originales.
CLÁSICOS
Samurai, herencia de familia
Este Sloop Marconi de 1962, fue diseñado por Cesare Sangermani y construido por su propio dueño, Secondo Pavese, un italiano enamorado de la vela clásica. Desde el año 1992, los tres hermanos Pavese han tomado el relevo y siguen compitiendo en el circuito de regatas del Mediterráneo. El original nombre de Samurai lo escogió el patriarca porque “tiene que ganar y si no, le hacemos el harakiri”.
BIG BOAT
Moonbeam IV, un impresionante velero centenario
Este velero, diseñado por el renombrado William Fife III, es uno de los pocos cutter áuricos clásicos que siguen navegando a día de hoy. Se trata de uno de los barcos más bellos del mundo, no sólo por su exterior, sino también por sus lujosos detalles. Se empezó a construir en 1914, pero la Primera Guerra Mundial provocó que no fuese botado hasta 1929. El Moonbeam IV cuenta con la peculiaridad de haber sido el barco elegido por Rainiero de Mónaco y Grace Kelly para pasar su luna de miel en 1956.
12 METROS
Nyala, en los ´30 nace el concepto de los 12 Metros modernos
La historia del Nyala se remonta a 1938, cuando el estadounidense Frederick T. Bedford, presidente de Standard Oil Corporation, decidió regalar a su hija un yate para festejar la boda de esta con Briggs Cunningham, un importante capitán de barco. Fue la primera embarcación de 12 metros diseñada por Olin Stephens y desde el principio resultó un barco muy veloz, llegando a ganar dos carreras en el año de su nacimiento y cosechando grandes marcas en distintas competiciones de años posteriores.
A lo largo de su andadura se ha visto involucrado en diversos infortunios. En 1947, debido a una repentina tormenta mientras competía en la carrera de Mackinak, su mástil de aluminio tuvo que ser sustituido por otro de madera de Mouette. Años después, en 1960, naufragó en las rocas de City Island durante el huracán Donna. Tras ello tuvo que restaurarse y se introdujeron varios cambios estructurales: se cambió la popa y el mástil fue trasladado. Actualmente surca los mares europeos con gran vigor. Su último logro fue ganar, en 2008, el Campeonato Mundial de Barcos Clásicos, en Flensburg.
Historias de la VII Puig Vela Clàssica
ELEONORA
La impresionante categoría Big Boats – barcos de Época y Clásicos con eslora a partir de 25 metros- que alberga a los ya tradicionales Moombeam III (25 metros) Moombeam IV (29 metros) o Mariquita (29 metros) acogió por primera vez a un verdadero “mastodonte” de la vela clásica: el Eleonora. Esta majestuosa embarcación supera en casi 20 metros a Mariette of 1915 (33 metros), el velero de mayor eslora que había pasado por la Puig Vela Clàssica hasta el momento.
Este barco británico de 50 metros es una réplica exacta de uno de las embarcaciones más famosas en el mundo de las regatas, el Westward, construido en 1910 y diseñado por Nathanael Greene Herreshoff, conocido como `El mago de Bristol´, tras haber construido numerosos challengers para la Copa América.
Eleonora fue construido en el astillero de Van der Graaf en Holanda y botado en el año 2000. Desde entonces, ha participado con éxito en regatas de vela clásica. Gracias a la VII Puig Vela Clàssica Barcelona, el público podrá divisar por primera vez esta impresionante embarcación, que tiene la misma longitud que una piscina olímpica.
CENTENARIO MOONBEAM IV
Este impresionante velero, diseñado por el renombrado William Fife III, se empezó a construir en 1914, pero la Primera Guerra Mundial provocó que no fuese botado hasta 1929. Este 2014 ha dado la coincidencia de que tanto la embarcación como Puig, organizador de la regata, cumplen 100 años. Por ello, esta tarde se ha celebrado el centenario en el Real Club Náutico de Barcelona y Marc Puig, presidente de Puig, ha sido el encargado de homenajear al mítico velero con una tarta con el número ocho, dígito de la vela de este barco cargado de historia.
Historias del mundial Puig 12mR World Championship
12 METROS Y COPA AMÉRICA: LA SOLUCIÓN TÉCNICA QUE ALUMBRÓ UNA NUEVA ERA DE REGATAS
La America’s Cup vivió su primera época dorada con la elección de los 12 Metros. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, la competición se suspendió hasta 1958, y los costosos Clase J dieron el relevo a los más asequibles y numerosos 12 Metros. Para ello tuvo que modificarse el Deed of Gift, a fin de reducir la eslora de flotación, de 65 a 44 pies, y permitir que la Clase internacional 12 Metros fuera elegida para competir en la Ameria’s Cup.
Y así, en la edición de 1958 comenzó la más gloriosa época de la America’s Cup, que se prolongó hasta 1987, cuando el desafío del neozelandés Michel Fay se aferró a las normas iniciales de la competición para retar a Dennis Conner con un gigantesco monocasco de 130 pies de eslora, quien optaba por defenderse con un sencillo catamarán de 40 pies.
Las diez ediciones celebradas entre 1958 y 1987 supusieron la mejor época de la America’s Cup, pues la ya anterior gran aceptación de los 12 Metros propició una gran participación, que desembocó en la reorganización de las series clasificatorias de los challengers de la mano de Louis Vuitton. Sagas míticas como los Columbia, Weatherly, Constelation, Intrepid y Courageos por partida doble, Auastralia II y Stars&Stripes inscribieron con letras de oro sus nombres en el libro de ganadores.
Como punta de lanza tecnológica, que siempre ha sido la America’s Cup, algunos equipos encontraron alianzas tecnológicas con empresas de la entonces potente industria aeroespacial. El entonces emergente uso del aluminio en la construcción de barcos y mástiles fue uno de los campos donde se avanzó notablemente gracias a los 12 Metros.
Pero además, protagonizaron el primer gran suceso de la America’s Cup, cuando el Australia II cometió la osadía de derrotar por vez primera al defender estadounidense, al imponerse por un agónico 4-3 al Liberty de Dennis Conner. Todo un mito de la competición que pudo salvar el honor al recuperarla cuatro años más tarde en aguas australianas con su Stars&Sripes, en la que terminaría siendo la última edición disputada por el mejor barco que ha tenido la America’s Cup.
ENTREVISTA CON A NICOLA SIRONI, MEDIDOR Y MÁXIMO CONOCEDOR DE LOS 12 METROS
Nicola Sironi máxima autoridad de la clase 12Metros a nivel mundial estuvo presente en la Puig 12mR World Championship. Su vinculación con los 12 Metros va mucho más allá de su vinculación con la ORC iniciada en 1980, o de sus roles como Medidor Jefe de la ORC o el de medidor de la Clase 12 M. Sironi fue regatista, incluyendo su palmarés la One Ton Cup 1980 disputada en Nápoles y su concurso en el Azzurra, Challenger de la America’s Cup 1983. Sin duda, una opinión y un conocimiento a tener en cuenta.
Para Sironi “los 12 Metros siguen resultando tan atractivos como el primer día en que se construyeron, algunos de los que aquí tenemos, hace más de 80 años. Son barcos muy competitivos, técnicos y cuyas normas se basaron en una regla de medición muy buena. Prueba de ello es que aún habiendo pasado casi un siglo, la igualdad de la flota sigue vigente. A los armadores y tripulantes les gusta competir en barcos con prestaciones tan igualadas como sea posible, donde sea el factor humano el que decanta la balanza. Esto lo ofrece la Clase 12 Metros, y por eso tiene cuerda para rato, es una clase con buenos argumentos para perdurar”.Este experto destaca que “son barcos que demandan de una tripulación muy experimentada y por eso reunimos estos días en Barcelona a regatistas profesionales y aficionados de altísimo nivel. Por ejemplo, en el caso del Nyala, la presencia de tripulantes del Prada de Copa América, no resulta perjudicial para la clase, donde el resto de equipos es básicamente amateur y se sienten estimulados por competir con los mejores. Creo que causará un efecto contrario, un atractivo más para la clase. En el anterior mundial disputado en Flensburg (2009, Alemania) el Nyala ya ganó sin ellos, y tal vez lo hiciera con mayor contundencia de lo que pueda conseguir en esta edición”.
Sobre esta regata afirma que “no cabe duda que Barcelona es un gran campo de regatas, el viento térmico facilita las cosas. Pero no sólo se trata del campo de regatas, porque las pruebas han de montarse y dirigirse bien en el agua, y aquí lo saben hacer. También es importante disponer de unas instalaciones eficaces en tierra, y el Real Club Náutico de Barcelona las tiene. Pero sobre todo, me gustaría destacar la gran predisposición del club para organizar regatas, les gusta y eso, además de que se norte y cree un gran ambiente, se traduce en mejoras en todos los aspectos fundamentales para los deportistas en el mar y en tierra”.
Para concluir, Nicola Sironi agradeció en nombre de toda la flota 12m “el esfuerzo de Puig para poder reunir un grupo de barcos tan cualificado como el que está disputando el mundial. Son barcos muy delicados, incluso si hablamos de transportarlos en camión. Requiere mucho esfuerzo y recursos, y Puig ha puesto mucho de su parte para hacer posible este campeonato”.
El barniz y el bronce de los clásicos también atraen a las figuras
Entre las maderas nobles y los bronces de estas joyas náuticas se esconden regatistas de élite que han cosechado numerosos éxitos en el último cuarto de siglo. En esta VII edición de la Puig Vela Clàssica compiten muchas figuras de la vela moderna, desde regatistas olímpicos, navegantes oceánicos, y estrellas de la America’s Cup.
La presencia de Francesco Bruni, táctico del Prada en la última America’s Cup y conocido en nuestras aguas por sus campañas en el TP52 Matador, parece un guiño a la historia. Bruni está al mando del Nyala, máximo aspirante al título mundial de 12 Metros, los barcos que escribieron la primera página de oro de la regata más importante.
También vinculado a la prestigiosa competición navega estos días en Barcelona Guido Cavallazzi, uno de los gurús mundiales del diseño de velas que trabajó en equipos como Il Moro di Venecia, Young América y más recientemente en el Prada. Cavalazzi compite en Barcelona en el 12 Metros Emilia.
Por parte española, la vela oceánica está representada por Alex Pella y Cali Sanmartí. Pella está llamado a escribir las próximas páginas de la vela oceánica en solitario, tras sus campañas de Mini Transat, la pasada Barcelona World Race, la Route des Princes y diversas regatas transatlánticas. Esta vez compite bajo las órdenes de su hermano Borja en el Galvana. “Me hace mucha ilusión por el club, la organización es destacable y hay un gran ambiente de regata en tierra y mar. El esfuerzo es encomiable, y hay que agradecer a la familia Puig su apuesta por este evento”, comentaba Pella. “Me permite desconectar de mis proyectos profesionales y poder disfrutar del barco de la familia, es un ambiente distentido y divertido”, añadía el regatista local. Cali Sanmartí competía en el Alba de Damián Ribas, donde sin duda puede aplicar su experiencia de la pasada Barcelona World Race. “Estas regatas de barcos clásicos requieren aunar el ser marino y regatista, pues el tipo de barco supone un estilo de navegar más auténtico”, comentaba Sanmartí. “Hace un par de años Damián (Ribas) me llamo para navegar y disfruté tanto que aquí sigo. El ambiente es impagable, y los barcos son impresionantes”, concluía uno de los regatistas más queridos de la flota.
Todavía más significativo el caso de Luis Martínez Doreste. Miembro de la mítica saga canaria, su carrera olímpica le permitió representar a España en los Juegos de Sydney 2000 y Atenas 2004, ambas en la clase Laser. “Personalmente debo cambiar el registro, saberme adaptar a las posibilidades de estos barcos y su tipo de maniobras, más lentas y exigentes físicamente debido al concepto de su diseño y el castillaje vintage que equipan”, explicaba el regatista canario afincado en Barcelona. “La regata es de un nivel destacable. La calidad de los barcos corta la respiración, la organización roza la perfección. Creo que es una regata que está en lo más alto, pero a la que le queda mucho recorrido por delante”, añadía el también cantante del grupo The Tall Tutsies, que animó la fiesta que cierra la Puig Vela Clàssica Barcelona.
Clasificación final (trofeos) VII Puig Vela Clàssica Barcelona:
Época Cangreja:
1º. Marigold
2º. Kelpie of Falmouth
3º. Malabar X
Época Marconi:
1º. Peter
2º. Manitou
3º. Sonata
Clásicos:
1º. Samurai
2º. Emeraude
3º. Argos
Big Boat:
1º. Moonbeam IV
2º. Mariquita
3º. Moonbeam III
Trofeo Enric Puig: Marigold y Mariquita, Reino Unido
Clasificación final (trofeos) Puig 12mR World Championship:
División Vintage:
1º. Nyala
2º. Trivia
3º. Vanity V
Chandler Havey Memorial Trophy: Nyala
Memorial Robert Tiedmann: Nyala
Azzurra Trophy: Nyala